Javier Cañas

Sobre mi

Si no pintara, muy probablemente no me gustaría tanto mi trabajo, y a la vez, si solo pintara no podría sentirme tan libre como cuando me enfrento a un lienzo en blanco. No sé si algo que haces todos los días puede seguir siendo una pasión.

Vivo la pintura como una transgresión, como un mundo con pocas reglas, donde solo hay una obligación, romperlas. Enfrentarte a un lienzo, con el olor de aguarrás y los colores saliendo de los tubos, me envuelve en una cierta magia. Se abre un proceso en el que ves reflejado esa sensación, ese equilibrio, o por contra, ese impacto, que produjo un paisaje en un viaje, o una simple calle o escena que has visto en tu vida cotidiana.

Ahí es donde empieza el proceso creativo, cuando algo se introduce en tu mente y se queda latente hasta que su foto recuerda la sensación que me produjo y, de repente, surge un enorme impulso por reproducirlo.

Mi agradecimiento a tanta gente que me ha ayudado, animado y por suerte, también criticado. A todos aquellos que han querido hacerse con una obra mía y además, colgarla en su casa. Y por último y muy especialmente, a Emma Fernández Granada y a Daniel Urkía, a cuyos talleres he asistido, por su amistad y por haberme enseñado que la pintura es una forma de expresión libre y abierta.

Os invito a que a través del botón “contacto” me trasladéis cualquier opinión o sugerencia. 

Un abrazo a todos.

Javier Cañas